El silencio interpela a mis pestañas
el aire tenue de la mañana
los surcos cromáticos que dejan en el aire los espejos al moverse
Un cuerpo inmóvil contempla
la nada y el todo
la profundidad del vacío
contenida
en una partícula de polvo
que despierta
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miércoles, 15 de octubre de 2014
viernes, 3 de octubre de 2014
cinética
Y en el extravío celeste
de las mañanas de estío
las briznas de sus pestañas
desafiaban a los azahares,
y pudo adivinar
que la luz del sol
iluminaba allí
donde
el elixir la extinguía,
perpetuaba tibiezas
que nacían y renacían
bajo las sábanas sinuosas,
que yacían los jazmines
aguardando la brisa,
que todo era quieto y cinético
a la vez.
(Se entibiaba la paz
del amanecer
y yo perpetuaba el néctar de tu boca
respirándome en la espalda)
de las mañanas de estío
las briznas de sus pestañas
desafiaban a los azahares,
y pudo adivinar
que la luz del sol
iluminaba allí
donde
el elixir la extinguía,
perpetuaba tibiezas
que nacían y renacían
bajo las sábanas sinuosas,
que yacían los jazmines
aguardando la brisa,
que todo era quieto y cinético
a la vez.
(Se entibiaba la paz
del amanecer
y yo perpetuaba el néctar de tu boca
respirándome en la espalda)
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