La página en blanco
desnuda
me interpela,
me suplica que la inunde
con algún delirio
de sahumerios,
primavera
y melancolía.
Pajaritos,
pachulí,
la lluvia con su golpeteo
interminable
y metálico
sobre mi techo de chapa,
algún atardecer desangelado
ojos tristes
y a otra cosa...
Pero no.
No y puro NO.
No acuden hoy a mi siesta.
Mientras,
al genio dormido
más adormecido que nunca
le queman
en la nuca
los gajes del oficio,
las punzadas de los picos del colibrí
le sacan sangre de las muñecas,
y el canto del ruiseñor
le perfora los oídos.
Bosteza,
se tapa.
Quiere seguir durmiendo.
2 comentarios:
Súper Crispín y yo le levantamos el pulgar al blog. Gracias por pasarte.
Ya que hoy no y puro no, volveremos mañana en búsqueda del colibrí.
Muy bueno.
Muy bueno! ya somos varios que hemos descubierto que la lluvia es una gran inspiración ¿no?
Beso!
Publicar un comentario