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miércoles, 25 de junio de 2014

vagabundos destrozando las jaulas de lo inauténtico

(a Juan, a la vida que nos encontró, al momento epifánico que fue encontrarlo, a la vida por delante que se nos derrama en cada amanecer como si fuera ese instante el mismo despertar repetido innumerables veces, al ser auténtico en el mundo, a  fluir sin buscar parecerse a nadie, a atreverse a vivir como uno mismo, a lo mágico de los días si se los vive con poesía, a nuestra vida juntos que es incalculablemente única) 


A vos te dolía la muela
a mí
el alma y la espera

el invierno nos punzaba
las manos te hacían remolinos en los bolsillos
mi soledad se enmascaraba
en cortesías sin sentido

tus ojos desafiando
la muchedumbre desafinando
cafés calientes y tentempiés de plástico
tu desenfadado ir por la vida oyendo señales
mi ir por señales tras rastros de vida

la tarde moría
deambulábamos sin sentido
con el único sentido de encontrarnos
el rumbo del que no sabe lo que busca
es el que nunca se equivoca
(confía en los guiños de los ángeles)

vos volvías de volver de donde la soledad te llevaba
yo intentaba reírme del esperpento cotidiano
saetas berretas,
inauguramos el amor
en los albores de un siglo
que se cae a pedazos

erigimos la pureza
dentro de la ciudad contaminada

volamos como pájaros
destrozando las jaulas
de lo inauténtico


viernes, 20 de junio de 2014

oda a las palabras, instantánea inconclusa y enamorada

las palabras me definen, me delinean, me contornean
me extralimitan, me ensimisman, me perfuman
me colorean, me expanden, me reverberan
me modelan, me deslumbran, me enajenan
se me regalan, se me otorgan, se me niegan
me dan vida, me adormecen, desenredan
las palabras son la vida
disfrazada de poemas





sábado, 14 de junio de 2014

epifanía cotidiana

la noche estrenaba
su tímido ensayo de invierno
el ocaso partido
filo de una luna de mercurio
atardeceres navajas
recortaban chimeneas lejanas
la estación
del andén que silbaba su lamento
el viento rendido
de las arterias citadinas

pulsando allí nosotros
testigos del milagro de los días
envueltos en nosotros mismos
vibrándonos, siéndonos
pensando sin pensar
en que no necesitamos hablar para estar en el otro

fue cuando supe que todos caminan
de a uno con uno
uno más uno que nunca se tocan
pero nosotros no
nos veo mirar, nos veo sentirnos
nos siento mirarnos
y ya no puedo acordarme
de como era yo
antes de tus manos
calentándose en mi cara

(la epifanía cotidiana es verte amanecerme)


viernes, 13 de junio de 2014

solsticio

las ventanas 
empañadas de solsticio
arremeten contra el sueño,
el ocaso de la noche
de las pestañas pegadas
y los brazos inquietos
llega a su fin

(una mañana gloriosa
y radiante
los esperaba
al borde de la mañana
entre ropa apretujada
y veladores apagados)