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lunes, 27 de abril de 2015

quehaceres insolentes

hay lámparas y hay sombras
hay señales y señuelos
pero estás vos,
y mi pelo que se escurre
cosmonauta entre tus dedos

hay gente que no vive
sino en máscaras de dudas
yo misma he visto lenguas
mutiladas de basura
hay escritores que no leen
amantes que no muerden
hay anorexia de palabras
hay un mundo que se extingue
en sus quehaceres insolentes

hay gente de plástico
que no se reconoce en el espejo
hay fachadas, recelos, rencores
hay mucho que busca
y ni sabe lo que esconde

hay gente feliz diseñando su imagen en feisbu
gente de media vida
gente de media rima
hay tanta gente insípida, obtusa, avergonzante
tanta gente que espía a medio ojo del tunante

se nota tanto a la distancia la carencia de colores
la armonía rota en excesos de impresiones
dan pena la fachada, la imagen hueca, el exceso
desde acá les recomiendo
darle menos a la tecla,
y más al beso










jueves, 23 de abril de 2015

caleidoscópico

la tarde se desnuda en un sol cálido
el nido arde de maletas,
libros en celofán
y relojes de futuro
escucho a Lennon pero en realidad sos vos
cantándome los días con tántrico dulzor

en el medio de la noche menciono tu nombre
y en tu voz podría a quedarme a vivir
muchas temporadas
muchas tempestades
muchos otoños con árboles de cobre

la vida gira
la vida da vueltas
las baldosas de la infancia
ya no me rasguñan las rodillas
sentada en mi ventana
miro como pasó la brisa

entregados al deseo de unos dioses juguetones
al caleidoscopio de mil días
y de mil noches
se destiñen las horas de plastilina
se derraman en púrpura
las noches de opalina,
inventamos tibios amaneceres
que se extinguen en volutas azules
(tu voz es de miel
y de hiedra es la mía)

los espejos dibujan mantras
reflejan lo mejor de mi mirada
y mientras bailan
yo los hago girar,
y te tomo la mano
para que nos mareemos juntos

un sonido me transporta,
un aroma me extasía
todo lo que hacemos es perdernos
hasta encontrarnos
renaciendo en la poesía
en los recónditos confines del tiempo
empapados de sonrisa

(hay quienes se aferran al mundo para no caer,
nosotros preferimos ser plumas en el viento)



martes, 21 de abril de 2015

Mi conjetura y mi sombra

                                                                                           Por Juan Martín y Ludmila


El cielo resbalaba en un micromundo de estrellas
sinfonía grunge de una galaxia lejana
renacía y se moría
una
y otra
y otra vez

los planetas reían
en un oasis de playas sin arena
los pájaros gemían 
y daban vueltas a la luna

supernovas de silencio
estallaron en goce
cuando giraste la vida para mirarme  

comprendí entonces la ordenanza cosmopolita,
la sentencia que inquietó
a los dioses vagabundos

El resabio de tu cuello en mis sentidos.
Se ausentó así el tanteo dando paso al acierto
y en diálogo con los milenios 
me supe bobo ante tu inmensidad

Bobo ante tu cuerpo de delfín doblándose entre sábanas de mar,
rota mi conjetura y mi sombra
que probablemente sea tu ángel
en estos días sin mes
ni año
estallar en goce 
es el canon dorado



viernes, 10 de abril de 2015

del por qué (cuasi despedida) por Juan Martín y Ludmila




Estamos atravesados por un fuego que nos urge, que nos ruge, por un fuego que es muchos fuegos, por un fuego que vuela por sobre nuestras cabezas y nos alza como globos aerostáticos y estéticos, aéreos y táctiles, fácticos e irreales, como altazores del rugido primero y de la estrella lejana que aún vemos brillar.

El mundo nos pulsa el corazón, nos lo exprime, nos explota en las entrañas y en los pulmones. La juventud nos brota por los ojos. 

Sabemos que son estos días donde el alma más sabiamente registra lo que nuestra verdadera vida es. Ergo, la trama brillante atrapa a los corazones. Cuando dos corazones sienten lo mismo, los cuerpos solo deben preocuparse -es un punto de vista- por disfrutar cada pequeña tontería de cada rincón del planeta. Sabemos que nuestras almas hasta el fin de los tiempos (el principio) transportarán el retumbo de nuestras risas y charlas. Y que si reímos fuerte caerá sobre las ciudades y los ríos y que si no, si dejamos apretujada nuestra risa será devorada por la mismísima creación, a la cual pensamos mirar de reojo todos los días y recordarle que sus padres están locos. Sabemos que el mundo se abre en océanos, campos, ciudades, rutas, calles, pasajes y hasta en calles a la nada. Noches con luces de rayos o de faroles, alcohol artesanal, terminales y amor. Sabemos que en un agujero o en una nube somos nosotros, riéndolos de la crapulencia y el silencio y aún descubriendo nuestras caras. Asombrándonos de eso, qué mejor. Sabemos que el escenario estalla tras nuestro contorno incandescentemente, sea cual sea.
               
Lo más importante es que sabemos lo que queremos.

Queremos tomar café con Cervantes y emborracharnos con Rimbaud. Queremos ver el mundo con los ojos de Van Gogh, Queremos tocar el cielo estrellado de muchos hoteles sin memoria. Escuchar el eco de Lennon llegando a su casa del colegio, o ver la sombra de Jesús y la del viento en Barcelona. Queremos llevarnos mutuamente de la mano y fumar de la pipa de Magritte. Escuchar en el cielo los rugidos de una guerra milenaria. Queremos ver de cerca a la tour Eiffel para tocar las nubes desde la punta. Cruzar Venecia con el alma en el agua. Queremos ser lo que hacemos y hacer lo que somos, queremos escribir, vender formas de colores desde la vereda, cantar para las aves y los transeúntes lejanos. Queremos mirarnos a los ojos las veinticuatro horas del día, queremos tenernos y tocarnos y perdernos en laberintos con salida. Queremos vivirnos, mientras vemos pasar el tiempo y eternizarse a la vida. 

Dicen que estos no son tiempos para soñadores, nosotros creemos que quien lo dice toma pastillas para dormir.
 ¿Hasta dónde llegan tus huellas? ¿Tu alma? ¿Tu vida?

Las baldosas del tiempo se cansaron de ver relojes de arena girar una y otra vez. Para comenzar un camino, hace falta dar un paso. Nos tenemos a nosotros, y tenemos al mundo en la unión de nuestras bocas.

lunes, 6 de abril de 2015

Limerencia de amanecer


El alba está lejos aún, yo te siento dormir. La bruma vespertina levita, faltan todavía algunas horas para que la aurora despunte y nos taladre en el sueño como un caótico caer de tictases fugaces.
La cama está tibia, tu pelo de cobre se mezcla con el mío. Nuestros cuerpos se buscan en la semioscuridad y en ese momento los dos sabemos rabiosamente lo que es la eternidad. 
El deseo sonámbulo nos hace pronunciar sonidos profundos, de antaño, susurros melifluos de eras ancestrales. Tu boca alcanza mi cuello y lo etéreo de ese instante resume la epifanía de nuestro amanecer, de nuestra larga espera hasta encontrarnos. 
Tenía razón Payró. El talento es una condena. Es más fácil vivir siendo mediocre, no leyendo la absurda quietud que chorrea por todos lados. Es más simple rendirse ante las risas de plástico, ante el bursátil devenir de los relojes. Pero te miro, y es imposible no hacer poesía viviendo con vos, despertando con vos, ensayando con vos idiomas surreales. Haciéndonos cosquillas, contándonos las pecas, los silencios. Corriendo por el mapa al verano, venciendo al invierno con una mirada.
Pasa un rato flotando en los arrabales del rocío, y se sigue evaporando la madrugada. Suena el despertador y me abrazas más fuerte. Me inhalás, me cobijás adentro tuyo.
Tenía razón Lennon. Seems like all I really was doing was waiting for you.