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sábado, 10 de enero de 2015

el reino que habitabas (oda a nuestro primer refugio)

                                                                                                      por Juan y Lumi

tacos, volantes, maletines y turistas
trajín, velocidad, smog,
porquería urbana amarillista
todos se aglomeran en los baches del absurdo,
en la burbuja de angustia que serpentea sus cabezas
también yo dibujé mis pasos allí,
enajenada en mi norte vagabundo
en tu lejana cercanía
en la incredulidad de sembrar recuerdos
en ese asfalto infértil
Pero el mundo estaba bajo tu techo
(y había más)
siento que estoy en New York
(como si New York fuera algo mejor)
pero en verdad es Callao,
 y la luna dejó de rodar
subió al séptimo balcón,
y esperó, paciente,
(armándose uno)
Y llegó,
la paz llegó en septiembre,
y yo llegué en mil diluvios
envuelta en un cúmulo de risa
y me arrojé a tus brazos que me esperaban con mil melodías,
el cielo era nuestro
 los rayos dibujaban garabatos en el aire
me invitaste a ver la tierra girar,
y su influjo poderoso nos cobijó en una cama sin sábanas
el octavo cielo fue nuestro
el universo entró por el balcón,
teníamos frío y nos tapamos con el otro
igual que ahora, nos besamos hasta dormirnos
y desperté, y tu casa era mi casa,
recién la conocía y ya era mía
antes de vernos habíamos decretado mudarnos juntos de inmediato,
por eso el primer día llegué con ropa
y vos me diste la llave del reino que habitabas,
como un rey en un bálsamo
en medio de la velocidad y de los que no tienen cara,
de los que no tienen sol
mientras, el resto de la humanidad se debatía incrédula y recelosa
nos miraba y murmuraba,
y con un gesto burlón le sacamos la lengua a la cautela
tu casa, mi casa
vimos a los pájaros de ciudad escapar hacia el mar
y recorrimos Callao a besos y a gritos,
transportados y febriles
anduvimos bazares, ferias y subterfugios del olvido
cocinamos y danzamos,
dimos vida y alucinamos
todo junto en ese séptimo refugio insolado,
abandonado a los mambos del mundo y a las cuentas de teléfono
prendimos un sahumerio, conseguimos una mesa
 y para siempre,
tu casa fue mi casa.
Callao es eso,
es tu piano y mi arrebato
la insolencia y el desacato,
es el amor enamorado,
es el alma envuelta en la brisa
fue encontrarte,  y tu sonrisa.
Y un día,
 tocándole pandereta a la vida
expandimos la mente hacia el azul
y escapamos

(wherever we are together,

that is home) 


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